Es el tipo de bufanda más conocido y que nunca pasa de moda. Es alargada y está hecha de algodón o seda. Se coloca alrededor del cuello, colgando los extremos a ambos lados del cuerpo.
Ideales para deportistas y en looks casuales, las bufandas con capucha son muy prácticas y cómodas. Cubren toda la cabeza, resguardándonos del frío y manteniendo nuestras orejas a resguardo.
Se ha convertido en la alternativa a la bufanda clásica. Es un modelo cerrado, en forma de círculo que rodea el cuello. Es una prenda muy cómoda para utilizar a diario y que se adapta a cualquier estilo.
Se ajustan con un botón o unas cintas. Su diseño cubre el cuello, parte del torso e incluso la cabeza. Los hay de lana, cachemira y las personas que les gusta tejer los confeccionan a crochet.