La ropa blanca es un clásico que nunca pasa de moda, pero también es la más difícil de mantener impecable. Con el uso, el sudor, los lavados constantes y el paso del tiempo, las prendas blancas tienden a volverse amarillentas o grises. La buena noticia es que existen consejos sencillos para mantenerlas brillantes, frescas y como nuevas durante todo el año.
En este artículo te compartimos tips prácticos de cuidado en casa y los beneficios de llevar tus prendas blancas a la tintorería para una limpieza profesional.
Uno de los errores más comunes es mezclar la ropa blanca con prendas de color. Aunque sea ropa clara, los tintes se transfieren fácilmente y tus prendas perderán su brillo.
El sol es un aliado natural para blanquear la ropa, pero debes evitar la exposición excesiva ya que puede debilitar las fibras. Seca al aire libre en un lugar ventilado, dándole la vuelta a las prendas para que no se quemen con el sol directo.
No todas las telas soportan los lavados en casa. Camisas de lino, vestidos de fiesta, blusas delicadas y ropa de lujo blanca requieren un cuidado profesional para conservar su textura y color. En la tintorería usamos productos especializados que eliminan manchas difíciles sin dañar las fibras.
Aunque parezca lo contrario, usar demasiado detergente puede dejar residuos que opacan tus prendas. Lo mejor es utilizar la cantidad justa, y si es posible, un jabón especial para ropa blanca.
El bicarbonato y el vinagre blanco son excelentes aliados para devolver el brillo a tus prendas. Añadir media taza de alguno de estos productos al lavado puede marcar la diferencia sin dañar los tejidos.