La lluvia puede ser un gran enemigo para las chamarras de piel, ya que la humedad afecta su textura y brillo natural. En este artículo te compartimos consejos prácticos para protegerlas, mantener su apariencia impecable y prolongar su vida útil durante la temporada lluviosa.
Aplica aerosoles protectores para cuero. Estos productos crean una barrera que repele el agua y las manchas.
Cuélgala en una percha acolchada en un lugar fresco, seco y bien ventilado, lejos de la luz solar directa y fuentes de calor como radiadores o secadoras, ya que el calor puede endurecer y agrietar la piel.
Si la chamarra se moja, sécala de inmediato con un paño suave para quitar el exceso de agua.
Si la piel se siente rígida después del secado, frota suavemente la superficie con las manos para intentar restaurar su flexibilidad.